RAFAELA DE CUBA
En su juventud, cuando conoció a otra grande de la lírica, mujer de acento apasionado y fuerte, como Gabriela Mistral, Rafaela Chacón Nardi perdió su nombre, y ganó otro, gracias a la universal chilena, quien la llamó “Rafaela de Cuba”.
Y así recordamos a esa maestra, que siempre lo fue, dentro y fuera de las aulas, que superó los valladares de la vida, y de la enfermedad, las murallas del silencio que muchas veces hablan desde la ignorancia, y su propia soledad para multiplicarse, como lo hizo, desde el cristiano sentido del amor que es darse, y así nutrió y enriqueció el espíritu de cientos de niños en sus talleres, como en cada uno de los capítulos de su existencia creadora, también gracias a la palabra escrita en su condición de poeta, al ser –aunque nuestra torpe crítica e historia literaria no lo reconozcan todavía, como sucede con tantas otras manquedades- una de las más puras voces de la lírica cubana, dentro de los cánones del neorromanticismo.
La antología preparada por quien es una de sus mejores discípulas, no desde el cultivó de la poesía, sino como obra de vida y de creación, la ensayista Mayra Hernández Menéndez, quien además es una de las más autorizadas editoras de nuestro país, ha preparado esta cuidadosa selección de la poetisa Rafaela Chacón Nardi, Ámbito de amar, en la que se reúne una poesis, sustancia de un cultivado espíritu y de una también generosa encarnadura humana.
Y es que como Dulce María Loynaz, como Carilda Oliver Labra y Serafina Núñez, esta última tampoco valorada en su auténtica trascendencia, en la producción lírica de Rafaela está el amor como semilla, un amor que es encuentro y calidez, tristeza y amargura, deseo y realización, espiritualidad y carne, y un amor también expansivo a toda criatura viva, como lo demostró en su periplo por páginas como las de Viaje al sueño (1948 y 1957 en edición ampliada), Del silencio y las voces (1978), Coral del aire (1982), Una mujer desde su isla canta (1994) Vuelta de hoja (1995), Mínimo paraíso (1997) y Del íntimo esplendor (2000).
Mayra Hernández Menéndez, en su trabajo investigativo, como en sus valoraciones ensayísticas, y para materializar también un homenaje, reunió en este nuevo volumen de la Chacón Nardi su lírica de tema amoroso, ahora publicada por Letras Cubanas, institución que cuenta con esta laboriosa y profesional intelectual en su colectivo editorial, así nació este cuaderno que, al presentarse en la Feria Internacional del Libro, encontró masiva resonancia entre los lectores.
Y es que el amor, al que Rafaela calificaba de “misterio eterno”, “llama al viento” y de “júbilo secreto”, es fuente que apela a todas las generaciones y que encuentra eco en el latido de la especie, lo que demuestra también la necesidad de editar en nuestro país la obra de poetas y poetisas que se han expresado en esta cuerda, y que vencen los calificativos de la moda, desde la verdad de los sentimientos y la belleza del verbo.
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