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JOSE MARTI EN EL PERIODISMO

JOSE MARTI EN EL PERIODISMO

Cuando cayó en el combate de Dos Ríos, José Martí sólo había vivido 42 años y de ellos 26 años los dedicó al periodismo, hecho en el que no suele repararse en medio de su profusa papelería.

En vida sólo publicó dos poemarios, en ediciones de autor (es decir, que él mismo costeó), me refiero a Ismaelillo y a los Versos Sencillos. Su única novela, que apareció con el título de Amistad funesta (aunque pensó reeditarla con el título de Lucía Jerez), fue publicada, a la manera de los folletines, en un diario en español que se publicaba en Nueva York, y por entrega, en 1885. Mientras que la primera manifestación de su dramaturgia, si así lo consideramos, Abdala fue también incluido en el único número que salió del periódico La Patria Libre, en La Habana y durante el breve lapsus del levantamiento de la censura por las autoridades coloniales, en 1869.

Así vemos que el mayor volumen de su escritura en prosa fue el periodismo, junto a su no pequeño epistolario, vehículo este que junto a la oratoria le permitió comunicarse con las masas populares y sus colaboradores durante su prolongado destierro.

Él, como otros grandes de las letras hispanoamericanas del siglo XIX, fue esencialmente un periodista y , desde las páginas de los diarios latinoamericanos, creó un género literario y periodístico, la llamada “crónica modernista”, contribución ideoestética a las transformaciones lingüísticas y artísticas de nuestro idioma en la segunda mitad de aquella centuria, en la que compartió esa obra suya con autores del calibre del nicaragüense Rubén Darío, en especial, en La Nación, de Buenos Aires, desde la década de los 90.

ADOLESCENCIA Y JUVENTUD

El año de 1869 es clave para comprender la biografía martiana y también porque es su inicio dentro de la prensa, al publicar su primer artículo político en el único número de El diablo cojuelo que editaba su amigo Fermín Valdés Domínguez.  Allí el adolescente usa de un sentido del humor criollo que luego desaparece, tras la desgarradora experiencia y madurez del presidio político. Y el 23 de enero, en medio de los dramáticos que conmovieron la capital de la Colonia, a raíz de los sucesos del Teatro Villanueva, apareció en La Patria Libre, periódico donde también colaborara su maestro  Rafael María Mendive, el texto dramático al que ya hice mención. No olvidemos que Cuba estaba en guerra en Oriente y Camagüey, y  que unos días más tarde se incorporaría a la lucha por la independencia el territorio central de Las Villas. Se afirma también que por ese período y en un periódico manuscrito que circulaba entre los estudiantes, El Siboney, se publicó el soneto martiano 10 de octubre.

EL PRESIDIO Y EL DESTIERRO

Con la detención de los hermanos Fermín y Eusebio Valdés Domínguez y otros amigos, todos compañeros del joven José Martí, y al revisarle la causa, al ordenarse la detención de este y al producirse su ingreso a la Cárcel Nacional por el delito de infidencia, y luego al ser juzgado y condenado a 6 años de prisión y trabajos forzados, en las Canteras de San Lázaro comenzó el vertiginoso proceso de madurez ideológica y existencial de José Julián.

Más tarde se produjo su deportación primero a Isla de Pinos y luego su primer destierro a España en 1871, en la que se incorpora a la polémica a favor de la revolución y la independencia de Cuba contra la campaña de los  periódicos españoles, y encuentra tribuna su palabra en diarios progresistas hispanos y de los propios emigrados cubanos en la península, cuando publica su artículo Castillo en La Soberanía Nacional, de Cádiz,  que será reproducido en La Cuestión Cubana, de Sevilla, texto que es un antecedente temático y estilístico de su ensayo El presidio político en Cuba que más tarde escribirá y publicará en la península.

Pero aquel juvenil material periodístico fue igualmente reproducido por La República, órgano de los emigrados cubanos en Nueva York. Más tarde escribirá y publicará en España aquel histórico alegato. Como en las páginas de El Jurado Federal, junto al también cubano emigrado Carlos Sauvalle, publica un artículo que responde los ataques del diario integrista La Prensa. Y en hoja impresa, escrita por él, pero firmada por Fermín Valdés Domínguez y Pedro J. de la Torre, circula su texto El 27 de noviembre de 1871.

Al producirse la caída de la Monarquía y la instauración de la primera república, en 1873, otro  ensayo martiano surgiría La República española ante la Revolución cubana que fue reproducido en La Cuestión Cubana, de Sevilla.

EN MEXICO

Con sólo 22 años despliega José Martí una gran actividad intelectual y periodística en México, país que vive bajo el gobierno del presidente Sebastián Lerdo de Tejada, antiguo colaborador de Benito Juárez. Así se entrega a la profesión en las páginas de  la Revista Universal, de José Vicente Villada, en el que asumirá los Boletines parlamentarios,  y sostiene también una fuerte polémica con el diario La Colonia Española, en defensa de la independencia de Cuba.

También colabora en otras publicaciones mexicanas durante este período, como El Socialista, órgano del Gran Círculo Obrero de México, y en El Federalista, así como aparecen textos poéticos suyos en El Eco de Ambos Mundos.

Precisamente será en México cuando utilizará, por primera vez, el concepto de “nuestra América”, al conocer la presencia del indio en Mesoamérica, experiencia que enriquecerá después en Guatemala, al caer el gobierno ante el golpe de estado del general Porfirio Díaz. Cesan y desaparecer la Revista Universal. Antes de abandonar la tierra azteca dejará definidos sus principios políticos en las páginas de El Federalista, con  su artículo Alea jacta est donde fustiga al general Díaz y al golpe, en el que critica al gobierno de facto, como en su artículo La situación, que aparece en ese mismo órgano y que fue reproducido por El socialista.

GUATEMALA Y EL REGRESO A CUBA

En Guatemala realiza poco periodismo, en las páginas del diario El Progreso,  y sí mucha docencia y oratoria, aunque sí intenta y no lo logra, publicar una revista, la Revista Guatemalteca. Por las mismas razones por las que abandonó México, dejará Guatemala, al rechazar el caudillismo. Aunque cuando regresa a Cuba, luego del Zanjón, en compañía de su esposa ya gravida, y ante los reclamos de doña Leonor, su ideología se ha enriquecido, como también su escritura, con la experiencia latinoamericana.

En la Isla su verbo encontrará el espacio de los Liceos de Regla y Guanabacoa, asume la pasantía en los bufetes de Viondi y Azcárate, y un artículo suyo, con el seudónimo X, en El Progreso, reseña de las tertulias en las que participa, así como aparece en el manchón de los colaboradores de la revista La Niñez, dirigida por Fernando Urzáis, en agosto de 1879. Pero su participación en actividades clandestinas, y en la preparación de una nueva guerra, lo conducen a la cárcel primero y luego a su segundo destierro hacia la península, de donde huirá, vía Francia, rumbo a los Estados Unidos, a donde llega a principios de 1880.

EN ESTADOS UNIDOS Y VENEZUELA

Durante su primer estadio en los Estados Unidos, y mientras se integra al Comité Revolucionario en el contexto de la Guerra Chiquita, que liderea el Mayor general Calixto García, aparecerán también sus primeras colaboraciones,como crítico de arte, en periódicos norteamericanos como The Hour  y The Sun.  En enero de 1880 aparecerá, como folleto, y bajo el título de Asuntos Cubanos, su discurso en el Steck may, pronunciado ante la emigración patriota.

Tras el fracaso del movimiento insurreccional, José Martí se traslada a Venezuela, regida entonces por Antonio Guzmán  Blanco, y comienza a publicar en el  periódico La opinión nacional, momento crítico de su existencia en el que escribe los versos de su Ismaeillo, se desempeña en la docencia y la oratoria y logra publicar dos números de su Revista Venezolana, clave ideológica y estética de su periodismo y de su literatura, cuyo editorial El carácter de la Revista Venezolana”, ha sido considerado como el virtual manifiesto del Modernismo.

Después de su etopeya sobre Cecilio Acosta, al enfrentarse al gobierno despótico de Guzmán Blanco, debe abandonar el país que lo acogió como un hijo y en el que, por primera vez, se vincula a uno de los grandes diarios hispanoamericanos del siglo XIX

La Opinión Nacional, al que desde Norteamérica continuará enviando sus colaboraciones hasta que choca por criterios de principios con sus directivos.

NUEVA YORK Y TRES LUSTROS

Comienza entonces el período de madurez y también, la plenitud del periodista y del ideólogo revolucionario en Nueva York, donde escribe sus célebres crónicas que hoy conocemos como las “Escenas Norteamericanas”, editas originalmente en los años 80 y 90 (desde 1882 a 1891) en Buenos Aires, en La Nación y reproducidas en más de una docena de diarios del continente. Es el encuentro martiano con la Modernidad que se construye en los Estados Unidos, veinte años después de haber concluido la guerra civil, el despegue industrial, financiero, migratorio (con oleadas de trabajadores procedentes de Europa), la expansión hacia el oeste, que permite a José Martí conocer como ningún otro periodista latinoamericano de aquella época, el verdadero rostro de los Estados Unidos-

Muchos serán entonces sus oficios en Nueva York como contador y tenedor de libros, como traductor e, incluso, como diplomático, así como irá elaborando su programa revolucionario, se producirá su ruptura con el plan de Gómez y Maceo en los 80, y luego, reunirá a los emigrados, a los pinos viejos y nuevos, fundará el Partido Revolucionario Cubano, organizará la guerra que llamó necesaria y creará, también como órgano oficioso del movimiento, el periódico Patria.

Sin que olvidemos su presencia fundacional en la revista La edad de oro, cuyos cuatro números elaborará plenamente, desde la escritura al diseño, su expansión intelectual por la prensa del subcontinente, desde México a Centroamérica, de Colombia al Uruguay, como en la Argentina, y en las diversas publicaciones de la emigración en los Estados Unidos.

Así como su digna respuesta, en el debate que sostiene con las más reaccionarias expresiones contra nuestro pueblo en diarios estadounidense, con artículos medulares como Vindicación de Cuba que publica en The Evening Post al que responde así como a las calumnias y agresiones de órganos de la prensa como The Manufacturer. Y el intenso trabajo diplomático y político desplegado por Martí también, como delegado de la República Oriental del Uruguay en la Comisión Monetaria Internacional, madurez ideológica y programática que se sintetiza en su artículo ensayístico “Nuestra América”, publicado primero La Revista Ilustrada de Nueva York, entonces dirigida por su amigo el venezolano Nicanor Bolet Peraza, que días más tarde reproduce El Partido Liberal, de México. 

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