13 DE MARZO
Acababa de cumplir los 12 años. Recuerdo que ese día no fui a la escuela. Y, horas más tarde, llegó la noticia a mi hogar: José Antonio Echeverría y los estudiantes habían asaltado el Palacio Presidencial para ajusticiar al tirano Batista.
También fue el nerviosismo, la tensión de mi familia y los vecinos. Después vendrían las lágramias de mi madre al saber de la muerte de José Antonio, de "Manzanita", al costado de la Universidad de La Habana...
Y los recuerdos de mi mamá, cardenense como el mártir...a quien de pequeño había tenido en sus brazos, por lazos de amistad con su madre, Conchita Bianchi y con su padre, Sinforiano...
Pasaría mucho tiempo, muchos años, y una tarde fui hasta la casa natal de José Antonio, recorrí las habitaciones, contemplé los objetos personales, un cuadro que quedó a medio camino, sin concluirse la pintura...
Fui estudiante universitaria, subí y bajé muchas veces la Colina, como llamamos los habaneros a la sede de la escalinata, el corazón de la juventud cubana, el sueño de tantos...y deposité flores donde aquel joven de 27 años cayó con el deseo de hacer a Cuba libre...
Cada 13 de marzo lo recuerdo también, y consagro un espacio muy cálido para su memoria, el que compartí con mi madre, y el que todos en esta Isla le dedicamos a aquellos jóvenes valerosos y nobles que entregaron su vida con verdadero patriotismo...
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