Blogia
conmarti

FELIX VARELA MORALES, EL MAESTRO

FELIX VARELA MORALES, EL MAESTRO

 

 

El año de 1853 está profundamente vinculado a la historia de Cuba y también a su independencia, porque en enero nacía en La Habana, el día 28, quien fue y es el Apóstol, José Martí y unos días después, pero en San Agustín, en la Florida, fallecía el hombre que nos enseñó los valores de la conciencia y de la educación, en la forja de un pensamiento liberador, emancipatorio, desde sus raíces éticas, el presbítero Félix Varela Morales, quien dejó de existir físicamente el 25 de febrero en aquella tierra a la que se vio obligado a emigrar, a causa de la represión que sufrió, por su condición de diputado a las Cortes españolas, tras la restauración de Fernando VII, y sobre todo por la defensa apasionada de su ideario independentista, contra la esclavitud y a favor siempre de la libertad de Cuba y también de los pueblos de la América hispana.

Sus cenizas reposan, descansan solo simbólicamente, porque son semillas de ideas y un estímulo para la juventud cubana, en el Aula Magna de la Universidad de La Habana, y ellas recibieron el tributo y la oración, durante su visita a la Isla, en 1998, de su Santidad Juan Pablo II.

Habanero, hijo de un militar español, educado entre la Florida y la ciudad que lo vio nacer, ya que por entonces aquella península, hoy territorio de los Estados Unidos, pertenecía también a la Corona española, Félix Varela ingresaría en el Seminario de San Carlos y San Ambrosio, institución en la que después ejerció como profesor y forjó a las nuevas generaciones criollas, en tránsito al que él contribuyó activamente, hacia el sentido de la cubanía, y su propia conciencia de cubanos y no de españoles de ultramar, amén de tomar los hábitos y llegar a ser ordenado como sacerdote, gestando desde su cátedra el semillero de la educación cubana, de esa pedagogía que tuvo, en el padre Varela, su asiento y que lo llevó a enfrentar y superar el escolasticismo, al empleo no solo del idioma castellano y no del latín en sus clases, sino y sobre todo a abandonar la anciana retórica y sus obsolencias para adentrarse en una verdadera revolución que incorporaba la ciencia al caudal del proceso cognoscitivo, desde sus validación epistemológica y moral.

Cuando la reacción europea, con los Cien mil Hijos de San Luis que comandara el duque de Angulema, restauró a los Borbones y al absolutismo de Fernando VII en el trono español, Varela que era entonces un hombre en su plenitud intelectual, de solo 33 años, se vio obligado al destierro, al ser condenado a la pena de muerte, por eso residió los últimos años de su vida en Norteamérica, desde cuya atalaya escribió páginas encendidas, las del periódico independentista El Habanero que entraban clandestinamente a Cuba, y que reafirmaron también su condición de precursor de nuestro ideario independentista, en la primeras décadas del siglo XIX cuando todavía otros abogaban por el reformismo.

En Félix Varela, y en su ejemplo y sus textos ensayísticos y periodísticos, encontró José Martí la sustancia también para su pensamiento revolucionario, en ese sentido raigal del patriotismo, de fuerte acento humanista y ético, que vinculaba a la lucha por la libertad de Cuba al proceso histórico de nuestra América, además de ser el legado vareliano el entramado de todo un pensamiento de la liberación en el que subraya los valores de la educación, de la formación del ciudadano en su responsabilidad cívica y moral, como elemento clave para un proceso histórico que, desde la conciencia, al enseñarños “primero en pensar”, hizo también de la independencia la fundación de la nacionalidad y de la nación cubanas.

 

0 comentarios