ROBERTO FRIOL HA MUERTO
La cultura cubana, y en especial su historia literaria, ha perdido a Roberto Friol, poeta, ensayista, investigador que en 1998 fuera galardonado, como reconocimiento a la obra de toda una vida, con el Premio Nacional de Literatura.
Y, en particular, su ausencia ha consternado a quienes fueron, durante muchas décadas, sus compañeros de jornada, el colectivo de la Biblioteca Nacional José Martí, esa república de los libros, al decir del también desaparecido Cintio Vitier, quien afirmó, en una ocasión, al referirse a la trascendencia de Friol: “no hay un solo amante o estudioso de las letras cubanas, en toda Cuba o fuera de ella que no sepa que Roberto Friol está en la línea más alta de la investigación y la crítica cubanas, como está en la línea más alta de nuestra poesía”.
El jurado que evaluó las nominaciones de aquel año 98, que fue presidido por la escritora y académica Graziella Pogolotti, al concluirse su decisión, por unanimidad, señaló también, entre los méritos de este importante intelectual, nacido en La Habana:
“La excelencia formal de su verso, en el que cabría hablar de ontologismo de la palabra, llevando nuestra lengua a un paradigma de expresión humana universal.” Como destacó, desde el plano cívico y ético, los valores conductuales del maestro Roberto Friol: “La reciedumbre moral y honradez intelectual que lo caracterizan y envaran su obra como eje central de su vida artística y profesional, más allá de avatares, constituyendo una imagen ejemplar para la sociedad.”
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