MARTA VALDES EN CUBA PREMIO NACIONAL DE MUSICA
La voz y la guitarra parecen acompañarla desde la infancia. Sus los instrumentos de esta mujer singular, una de las mayores intérpretes del movimiento del “filin”, aquel que nació entre cuerdas y poemas, al conjuro de la amistad y del amor, y que ha tenido entre sus más notables artistas a figuras del calibre de los maestros César Portillo de la Luz, el desaparecido José Antonio Méndez y esta Marta Valdés, que recibe como tributo a la obra de su vida, el Premio Nacional de Música en el 2007.
Hace varios años que la conozco, y sé de su inteligencia, tan cultivada como su sensibilidad, desde la reflexión sobre nuestra música, gracias a la escritura de críticas y libros, que han nacido igualmente del corazón de esta compositora, de esta cantautora que hace del bolero el espacio infinito de sus sentimientos, y de quien se consideran deudores los trovadores, desde Pablo Milanés y Silvio Rodríguez, hasta las más jóvenes promociones en el pentagrama musical cubano.
Ahora, con este alto reconocimiento que otorga, anualmente, el Instituto Cubano de la Música a las más relevantes personalidades de la música en la Isla, y por el voto unánime del jurado que valoró las nominaciones, presidido por el maestro Juan Formell, e integrado por los maestros Harold Gramatges y Digna Guerra, Marta recibe el homenaje de su pueblo, la gratitud de quienes en noches de amor, de nostalgia, de pasión y de deseos, en los encuentros y desencuentros de eros, han evocado sus canciones.
Y es que esta habanera universal, nacida 1934, no sólo ha dejado su huella en la trova y el bolero, sino que además, con ese afán de experimentación y búsquedas que es tan innato en ella, ha escrito música para las representaciones escénicas, así como ha incursionado, por diversos escenarios del mundo, junto a otros registros, melódicos y ritmáticos como los del jazz, en la expresión de un identitario cultural de expresión universal.
Galardonada con otros lauros, por sus méritos artísticos, como el Gran Premio en el Concurso Adolfo Guzmán (1978), el Premio Nacional UNEAC en Música para Teatro (1985) y el Premio a la Mejor Música para una Puesta en Escena en el Festival de Teatro de Camagüey (1986), y en su condición de intérprete, junto al guitarrista y compositor Sergio Vitier, el Gran Premio en la Feria Internacional Cubadisco 2001, cuenta además con un amplio catálogo discográfico que reúne producciones como La Música de Marta Valdés (Virgin), Marta Valdés & Chano Domínguez, Tú no Sospechas (El Europeo),Sergio Vitier / Marta Valdés, Nuestra canción (Unicornio).
Vivir para la música, amar desde la música, sufrir y compartir emociones, tristezas y alegrías, ha sido el destino de esta mujer que es Marta Valdés, una de esas creadoras que siempre nos acompañan, muchas veces desde el anonimato de una melodía, que se evoca en horas de dolor, o en la plenitud del erotismo, a la que siempre acudimos, porque está entre nosotros, muy pegada a la piel.
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